Joyas pontificias

Para el solemne acto, la Virgen del Rosario no solo estrenó su nueva corona. También un rosario de oro que en cada una de las cuencas tiene tallado el nombre y apellido de la persona o familia que lo donó. 

Fueron estrenos también, el resplandor del Niño Dios y un cetro. A diferencia del resto de joyas pontificias, que reservan solo para ocasiones específicas, el cetro, que es de plata, sí lo utiliza durante todo el año.

Ajuar

Antes del 28 de enero de 1934, la Virgen del Rosario contaba con pocos ajuares. Por eso, para aquella ocasión fue ataviada con un diseño especial: una tunicela de terciopelo rojo, su color icónico, con un raso en crema. 

El ajuar fue confeccionado en Guatemala por María Luisa Bran, importante bordadora de la época, y llamó la atención por diversos aspectos, manifiesta Ruiz Díaz. Primero, por incluir dos colores y, segundo, por el tamaño de las rosas bordadas, de una dimensión mucho mayor a las que se acostumbraba en aquel tiempo